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Sólo treinta y cinco kilómetros al sur de Barcelona es la ciudad portuaria de Sitges, que se ha reconocido en toda Europa como el gay-resort perfecto para el descanso de verano y la diversión. Durante los meses de julio y agosto los visitantes turísticos son casi exclusivamente gay y la ciudad cambia en el modo de hetero-friendly.Este puerto histórico se remonta al siglo X, cuando un pequeño castillo fue construido sobre las ruinas de un poblado ibérico de edad. Durante los años siguientes, las casas se construyeron cerca del castillo y Sitges nació.En la Edad Media, Sitges solía ser el único puerto de la ciudad en la costa de Barcelona a Tarragona. Las principales industrias de la ciudad eran sus viñedos y las actividades comerciales con otros puertos. Ahora, el turismo y la construcción son los principales empleadores en Sitges y el encanto de esta pequeña ciudad en la costa es irresistible. Ubicado en la ladera entre las montañas y el océano es fácil comprender cómo la comunidad gay se enamoró de las calles empedradas, edificios históricos, hermosas playas y por supuesto, los bares y restaurantes.Sitges cuenta con un promedio de 300 días de sol al año, lo que hace que para el tiempo de verano más en cualquier lugar de España. La población residente de la zona es de aproximadamente veinte mil, muchos de los cuales son artistas, escultores y pintores o trabajan en el sector de los servicios y suelen dar la bienvenida a la comunidad gay como clientes potenciales. Santiago Rusiñol, el famoso artista español se trasladó a Sitges en 1891 y lo convirtió en un punto de encuentro de artistas e intelectuales, dándole el aire bohemio que persiste hoy en día.
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